domingo, 20 de junio de 2010

En el séptimo piso a las 11.50

En el transcurso de los minutos permanezco en una sola posición, inmóvil como si ya no estuviera aquí, mi mente viaja por tantos lugares, se cuestiona tantas cosas, tantos sentimientos. Se cuestiona este amor. No puedo dejar de pensar que este no es el lugar en el cual yo debería estar. Mi mano vacila constantemente en abrir aquel cajón. Abrir aquel cajón significa algo más que tirar de una simple manilla, significa escuchar el silencioso rasguño del acero, sentir las lagrimas espesas azotarse contra el piso como verdaderos sueños de cristal que se destrozan en mil pedazos. Definitivamente significa volver atrás. Pero algo más que un simple instinto me lleva a abrir ese cajón, introduzco mi mano lentamente como a tientas por causa de la poca luz, saco un catálogo y lo abro, ahí está aún abandonada, tal cual como la última vez, con aquellas evidenciadoras marcas de mi último descontrol. Una lágrima brota de mis ojos, mientras mi mano intenta abrazar la calidez que brota desde mi interior.

sábado, 19 de junio de 2010

Una taza de café y mil recuerdos

El tiempo transcurre siempre igual, ¿los días? Cada vez más iguales unos con otros. Cada intento de mejoría es inútil, pues hasta en mis mas escondidos pensamientos te encuentras tú, pareciera que el destino me juega una mala pasada para que cada cosa, cara aroma, cada palabra me recuerde a ti. Quizás sean pocos los recuerdos que tengo de ti, pero son los mejores. Y más inútil aún es jugar a ignorarte, pues en mi silencio gritan miles de sentimientos dentro de mi atormentado corazón que solo anhela estar un segundo a solas contigo, que desea susurrarte todas aquellas palabras que un día quedaron grabadas y no pudieron ser expresadas. Me calló porque de nada vale revelar todo aquello, me calló pues por más que luché por este amor, en tus ojos ciegos no logro nunca descifrar alguna cosa, es como si me adentrara en la nada, en la oscuridad de tus palabras y de nada sirve torturarme día a día intentando más proximidad, pues contrariamente mientras doy un paso tu ya retrocedes dos y comienzas a construir un poco más alta esa pared que te bloquea, que te protege del mundo, que me impide saber un poco más de ti y de esos sentimientos que me parecen deben ser unos de los más bellos que he podido encontrar. Si, es especular, obviamente, pero ¿quien dijo que estaba prohibido soñar ? siempre vivo quejándome de la realidad, creo que es tiempo de soñar un poco, de pensar más en lo que vendrá que en lo que ya fue, siempre somos más felices si solo vivimos en el presente, aunque es totalmente imposible no pensar en el futuro y es que cada vez que te veo pienso en lo que vendrá y no puedo resignarme, tampoco puedo odiarte, si tan solo fuera tan fácil hacer como que no existieras, y dejarte ir...