TU amor es tan diferente, es tan inconsciente, se asemeja a las novelas pero en las desgracias. Dices amarme, sin embargo te das la vuelta y sueltas mi mano, besas mi frente y te vas. Me dejas junto a mis murmullos y esas evidentes lágrimas, no puedo ocultarlo y sonreír como si nada ¿acaso no te das cuenta? no entiendes que tu desgracia, también significa la mía. Siento que te quiero, pero te me vas de las manos, quiero tenerte, pero a la vez te repudio. Eres el fantasma que me atormenta día a día, soy prisionera de esta ilusión, de este espejismo, quiero pero no puedo escapar, tu rechazo me incita a adorarte más, déjame escapar, volar a otros brazos, te extraño, lo juro, pero me siento feliz de verte sonreír, por ti no he de preocuparme en el futuro, si, te anhelo, más no quisiera ser obstáculo en tu vida, sino un soporte, cosas parecidas pero con diferente función. ¿ Y qué tal si abro la ventana y me atrevo a respirar?
Quizás el humo de las chimeneas haya cesado, quien podría asegurarlo, si nada en esta vida está comprado. Son pequeños cortes que se hacen más profundos con el tiempo.
Detenerse y dar la vuelta, algo que he realizado bastantes veces en mi vida para darme cuenta que lamentablemente siempre vuelvo a lo mismo y hoy, solo por hoy existe la posibilidad de dar un giro, de cambiarlo todo, de erradicar la mala hierba de mi vida y en vez de festejar y aceptarlo, yo me aventuro a que no escape, ¿es la locura algún elemento necesario y constante dentro de la esencia de todo ser humano normal? Vete, vete mientras puedas y mientras yo no te retenga, necesito ser feliz y no me lo permito, duele por el momento, pero es el mejor camino.
No olvidaré jamás tu sombra agonizante al lado de mis pies y prometo dejarte partir en paz, sin romper aquellos lazos que nos unen.